En todo gran vino deber existir un equilibrio entre “aromas” o “buqué” y el gusto, analícelo usted mismo. 

La degustación tiene como finalidad evaluar el vino degustado y para ello es importante tener en cuenta: 

1) el equilibrio entre sus componentes y… 2) la persistencia con que afectan nuestros sentidos.

Los caracteres de un vino, sus cualidades o defectos, están ligados a su composición química. Para que un vino manifieste su cualidad de fineza, debe poseer un justo equilibrio, una efectiva armonía entre sus sustancias y entre sus grandes grupos sápidos y odorantes. Lo contrario lo hace defectuoso, desagradable, y hasta ordinario. Cuando nos referimos a vinos blancos, y hablamos de equilibrio, éste siempre es más simple (bipartito) que en los vinos tintos (tripartito). 

O sea, que si Usted recién comienza a analizar el tema de los equilibrios en los vinos, hágalo previamente en los blancos, continúe con los rosados, para terminar en los tintos; ya que estos últimos son más complejos de analizar.

La persistencia sensorial puede ser más o menos larga. La riqueza de un vino en compuestos sápidos y odorantes nos dice mucho sobre sus grandes cualidades. Cuando después de beberlo esta sapidez impregna agradablemente por varios segundos nuestras papilas gustativas y simultáneamente por vía retronasal percibimos su aroma o su buqué, estamos ante un vino excelente y decimos que es “largo de boca”. Lo contrario indica un vino pobre, desprovisto de los caracteres esenciales de la calidad. 

Volver