Conozca algunas consideraciones sobre la degustación de un vino tinto de calidad. Por J. Ribéreau Gayon

Por un lado, se deben tener en cuenta, sus componentes esenciales, en dosis notables, que determinen su armazón, estructura, textura y calidad. Las sustancias de gusto azucarado, ácido, amargo, salado, no deben destacarse como tales; esos gustos se deben neutralizar unos a otros, o más bien equilibrarse. Se deben fundir en una forma, un volumen armonioso; este armazón, esta forma, es el soporte de los caracteres del aroma, del bouquet, de la fineza.

Por otra parte, las sustancias responsables de ese aroma, de ese bouquet, de esa fineza, deberían tomar el aspecto de una figura; se podrían considerar con cierta consistencia o textura. Éstas,deben hacer al vino, desde el principio, agradable y pleno de sustancias odorantes de una manera favorable, un poco como la consistencia física de un fruto interviene profundamente en su calidad, no solo en sí misma sino por la manera en que presenta a la lengua, al paladar y a la nariz, los componentes sápidos y odorantes de ese fruto.

Un gran vino se caracteriza por una plenitud, un poder y una fineza de gusto y de olor, una fragancia intensa y agradable. Es rico en principios sápidos y odorantes, asociados en concentraciones que guardan entre sí relaciones favorables. Se podría desarrollar en su lugar la noción de una sinergia en el sentido figurado del término; asociación armoniosa de muchos factores que concurren aun determinado efecto.

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